• Israel y el Cuarto Convenio de Ginebra
• La Lista Árabe Conjunta, ¿es una quinta columna?
• Licencia para matar
• La pena de muerte en la Biblia y en el Israel de hoy
• Para quienes hablan inglés: hoy pueden bajar gratis de Amazon la novela “The War of the Jews against the Roman Empire”

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Israel y el Cuarto Convenio de Ginebra

Por David Mandel

El Cuarto Convenio de Ginebra, cuyo nombre oficial es el Convenio de Ginebra relativo a la Protección de Personas Civiles en Tiempo de Guerra, es uno de los cuatro tratados de los Convenios de Ginebra. Se aprobó en agosto del año 1949, define la protección humanitaria para los civiles en una zona de guerra, y prohíbe la práctica de la guerra total.

En 1993 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas dictaminó que los Convenios de Ginebra, que han sido firmados por 196 Estados, rigen también para los países que no los han firmado si es que se involucran en conflictos armados.

Hay dos artículos en el Cuarto Convenio en los cuales los oponentes de los asentamientos construidos por Israel en territorios que quedaron bajo su control, (Judea y Samaria, las Alturas del Golan y Jerusalén Oriental), como resultado de la Guerra de los Seis Días (1967), se fundamentan para declararlos ilegales:

Artículo 2 – El Convenio se aplicará en caso de guerra declarada o de cualquier otro conflicto armado que surja entre dos o varias de las Altas Partes Contratantes, aunque una de ellas no haya reconocido el estado de guerra.

Artículo 49 – El Convenio prohíbe las deportaciones, traslados, evacuaciones en masa o individuales, de índole forzosa, así como las deportaciones de personas protegidas del territorio ocupado al territorio de la Potencia ocupante o al de cualquier otro país, ocupado o no, están prohibidos, sea cual fuere el motivo… La Potencia ocupante no podrá efectuar la evacuación o el traslado de una parte de su propia población civil al territorio por ella ocupado.

La Asamblea General de las Naciones Unidas, el Consejo de Seguridad, el Comité Internacional de la Cruz Roja, y la Corte Internacional de la Haya han declarado que los asentamientos construidos por Israel son ilegales de acuerdo al Cuarto Convenio. La gran mayoría de los expertos legales internacionales están de acuerdo con esa interpretación, pero hay quienes opinan que el Cuarto Convenio no es aplicable en este caso.

La posición de todos los gobiernos de Israel, desde 1967 hasta hoy, es que los asentamientos son legales y no violan la ley internacional. Israel considera que los territorios no son “ocupados” sino “disputados” basando su interpretación del Convenio en los siguientes argumentos:

• El territorio denominado Palestina fue durante 400 años, hasta el final de la Primera Guerra Mundial, una provincia del Imperio Otomano, y no un Estado independiente.

• El Consejo de la Liga de las Naciones el 29 de setiembre de 1923 hizo efectivo el Mandato Británico de Palestina, por el cual se dividía el territorio en dos partes. El territorio al oeste del rio Jordán fue reservado para Hogar Nacional del pueblo judío. El territorio al este del Jordán se constituyó en un Estado árabe llamado Emirato de Transjordania, (hoy llamado Reino de Jordania).

• Los Estados árabes rechazaron el Plan de Partición de las Naciones Unidas de noviembre del 1947, lo cual equivalía a rechazar también la creación de un Estado árabe en parte del territorio del Mandato.

• La anexión subsiguiente de Jordania del territorio de Judea y Samaria no fue reconocida por la comunidad internacional.

• Varios de los asentamientos (Hartuv, Kfar Etzion, Hebrón, barrio judío de la Ciudad Vieja de Jerusalén, y otros) eran judíos antes de la Guerra de Independencia y fueron destruidos por los árabes y sus residentes masacrados o expulsados, por lo cual no es aplicable el Cuarto Convenio de Ginebra.

• La Resolución 242 del Consejo de Seguridad, de noviembre de 1967, menciona la necesidad de fronteras seguras y reconocidas, y tanto las fronteras del armisticio de 1949 como las del cese fuego de 1967 no son seguras.

• El artículo 2 del Cuarto Convenio de Ginebra no se aplica, ya que habla de “dos Altas Partes Contratantes,” es decir Estados Independientes, que no fue el caso de la población árabe residente en el territorio, ya que durante los 400 años bajo el control del Imperio Otomano, durante los 25 años del Mandato Británico, y durante los 19 años de la anexión jordana nunca existió en ese territorio un Estado independiente, y tampoco hubo exigencia de los árabes locales y de los árabes de los países vecinos para que existiese tal Estado.

• El artículo 49 del Cuarto Convenio de Ginebra que habla de “traslados forzosos” tampoco se aplica, ya que los judíos que hoy viven en Judea y Samaria se mudaron a esos territorios en forma individual y voluntaria, muchos de ellos a lugares de los cuales sus antecesores habían sido expulsados violentamente.

• En los Acuerdos de Oslo entre Israel y la OLP se menciona que el asunto de los asentamientos se solucionara posteriormente, con lo cual hay una aceptación tácita, por lo menos temporalmente, de la existencia de asentamientos, que, por lo tanto, no pueden ser considerados ilegales.

En el año 2002 el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel reiteró que los asentamientos no violan las leyes internacionales ni los acuerdos con Jordania y con los palestinos.

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La Lista Árabe Conjunta, ¿es una quinta columna?

Por David Mandel

Los árabes israelíes nunca habían presentado una lista conjunta de candidatos para la Knesset, pero cuando el porcentaje mínimo para que un partido tuviese representación en la Knesset fue elevado del 2% al 3.25% para las elecciones del 2015 los distintos partidos árabes llegaron a la conclusión que, si se presentaban en forma independiente, ninguno de ellos estaría en la Knesset. La solución fue formar una Lista Árabe Conjunta, con lo cual lograron obtener el 10.6% del voto total, 13 escaños, que los convirtieron en el tercer partido mas grande de la Knesset.

La Lista Árabe Conjunta está conformada por cuatro partidos árabes: Hadash, Balad, Ta’al y la Lista Árabe Unida.

Hadash

El nombre del partido es un acrónimo de una frase hebrea que se traduce como “Frente Democrático para la Paz y la Igualdad”. Su ideología es comunista, sus partidarios son árabes seculares, cristianos y unos 6,000 a 10,000 judíos de ultra izquierda. Cuatro, (incluyendo un diputado judío) de los 13 escaños de la Lista Arabe Unida son de Hadash. Apoyan la solucion de dos Estados, pero exigen la evacuacion de todos los asentamientos israelies, la creacion de un Estado Palestino con fronteras basadas en las lineas del armisticio de 1949, y el derecho al retorno de los refugiados arabes (no a un futuro Estado palestino sino a Israel dentro de las fronteras del armisticio de 1949). Apoya la campaña BDS contra las compañias que operan en Judea y Samaria. El renegado Avraham Burg, ex importante lider del Partido Laborista, presidente de la Knesset, ex Jefe de la Organización Sionista Mundial y ex Director General de la Agencia Judia, es hoy miembro de Hadash.

Balad

El partido Balad (Brit Leumi Democratit – Alianza Nacional Democratica) no acepta a Israel como Estado judio y lo quiere transformar en un Estado binacional. Exige que se reconozca a los arabes israelies como una minoria nacional con sus propios derechos y autonomia en educacion, cultura y medios de comunicación. Apoya la creacion de un Estado palestino en Judea y Samaria y exige que se haga efectivo el derecho de retorno de los refugiados arabes. Tiene 3 de los 13 escaños de la Lista Arabe Conjunta. Su fundador, Azmi Bishara, huyo de Israel para evitar ser juzgado como traidor por visitar Siria y Libano, y expresar solidaridad con Hizballah. El lider actual de Balad es Jamal Zahalka, nacido en Israel pero activo en su juventud en la OLP, que en ese entonces era ilegal en Israel, lo cual le valio dos años de carcel. Se considera arabe palestino residente en Israel. Considera que la bandera de Israel es peor que un trapo, y permanece sentado cuando se canta el himno nacional. Otra representante de Balad es Haneen Zoabi, que esta en contra de la solucion de dos Estados, y en contra de la existencia de Israel como Estado judio. No se considera israeli sino palestina. Apoya el derecho de retorno de los millones de descendientes de los refugiados arabs del 48. Califica a los soldados israelies de asesinos, y proclama que las armas nucleares de Israel son mas peligrosas para el mundo que las de Iran. En el año 2010 participo en la flotilla de Gaza, donde hubo un enfrentamiento en el buque Marmara entre soldados israelies y terroristas. En dos ocasiones, antes de las elecciones del 2013 y del 2015, el Comité Central de Elecciones la descalifico como candidata por incitar contra el gobierno, sus instituciones y el ejercito de Israel. En ambos casos la Corte Suprema anuló esa decision. Otro miembro de Balad, Basel Ghattas, está hoy en la carcel por introducir de contrabando telefonos celulares para los terroristas que estan en prision en Israel.

Ta’al

El partido Ta’al (Tnua Aravit le Hithadshut – Movimiento Árabe para la

Renovación) es dirigido por Ahmad Tibi, que durante años fue consejero confidencial de Yasser Arafat. Es secular, anti-sionista, y nacionalista arabe. Tiene 3 representantes en la Lista Arabe Conjunta.

Lista Árabe Unida.

Tiene tres representantes en la Lista Árabe Conjunta. Su ideología es islámica.

La mayoría de la población árabe israelí expresa satisfacción de vivir en Israel, y no tiene interés, si algún día existiese un Estado palestino, de mudarse para allá. Saben que un Estado palestino no sería diferente de los numerosos Estados árabes que hoy existen. El Estado de Palestina, con toda probabilidad, sería una dictadura corrupta, con una economía atrasada, y con pobres sistemas de salud y educación.

Lamentablemente, el problema de los árabes israelíes es que eligen a representantes cuyo objetivo no es mejorar la situación social y económica de sus votantes sino la destrucción del Estado de Israel.

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Licencia para matar

Por David Mandel

Hace unos días los Estados Unidos presentaron una resolución en la Asamblea General de las Naciones Unidas para condenar a Hamás por disparar cerca de 500 cohetes a poblaciones fronterizas israelíes con la intención de matar y herir a tantos civiles israelíes como le fuese posible. Gracias al sistema de defensa anti cohetes de Israel Cúpula de Acero, y también a la buena suerte, el número de víctimas (un muerto y algunos heridos) no correspondió a las expectativas de Hamas.

Disparar andanadas de cohetes a poblaciones civiles es tan obviamente un crimen de guerra que era imposible imaginar que la Asamblea General no aprobaría una condena a Hamas por sus acciones. Los países simpatizantes de Hamas sabían que la mayoría de los Estados, a pesar de la antipatía que prima en las Naciones Unidas contra Israel, no podía evitar considerar que disparar 500 cohetes en poco más de 24 horas a poblaciones civiles, pasaba más allá de un límite razonable, votarían a favor de la resolución,

Para evitar la condena a Hamas, Bolivia presentó una resolución para exigir una mayoría de dos terceras partes (en vez de una mayoría simple que es la regla usual en la Asamblea de las Naciones Unidas) para aprobar la resolución condenando a Hamas.

75 países votaron a favor de cambiar la mayoría simple a dos terceras partes. 72 países votaron en contra y 26 se abstuvieron. Si solo tres países, que se auto consideran democráticos y liberales (Noruega, Suiza y Nueva Zelandia) hubiesen votado en contra, la resolución para aprobar la condena a Hamas por un mínimo de dos terceras partes no hubiese sido aprobada.

En la votación por la resolución condenando a Hamas por sus acciones contra civiles 87 países votaron a favor (9 menos de las necesarias dos terceras partes), 57 votaron en contra de la resolución, 33 se abstuvieron y 16 no votaron. Por lo tanto, la resolución no fue aprobada.

Hamas, naturalmente, interpreto el hecho de no ser condenado por tratar de matar civiles, como una luz verde para continuar haciéndolo. Y, efectivamente, solo un día después, terroristas de Hamas dispararon desde un vehículo en una población cercana a Jerusalén, hiriendo a siete personas incluyendo a una mujer en cinta.

La organización terrorista Hamas está orgullosa de que, emulando al personaje James Bond, también tiene Licencia para Matar, otorgada por nada menos que las Naciones Unidas.

El resultado se vio de inmediato. En el curso de los siguientes días terroristas de Hamas mataron a balazos a varios israelíes, incluyendo un bebe que aún estaba en el vientre de su madre. Hamas felicitó a los asesinos por su “heroica” acción, y la Autoridad Palestina en vez de condenar el atentado culpó a Israel de causar disturbios.

En una demostración de que no hay límite a la hipocresía y al cinismo, el día siguiente de la votación llegaron al Aeropuerto Ben Gurion representantes de Nigeria y Zambia, (dos de los países que votaron en contra de la resolución condenando a Hamas) para participar en un seminario cuyo tema era como aumentar la producción de alimentos, organizado por Israel para los países africanos.

En mi imaginación (tal vez también fue así en la realidad) la primera pregunta que el nigeriano y el zambiano hicieron al funcionario israelí que los recibió en el aeropuerto fue la siguiente:

---¿Dónde se realizará el seminario?

---En Beit Dagan, cerca a Tel Aviv---contestó el funcionario.--¿Por qué me preguntan?

---Es que si el seminario tuviese lugar en uno de los pueblos vecinos de Gaza ahora mismo tomariamos el avion de regreso. Tenemos entendido que Hamas dispara cohetes a esas poblaciones y no queremos correr riesgos.

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La pena de muerte en la Biblia y en el Israel de hoy

Por David Mandel

Israel, al declarar su independencia en 1948, heredó su código de leyes del Mandato Británico, que prescribía la pena de muerte para diversas ofensas.

En 1954 Israel abolió la pena de muerte para casos de asesinatos, y hoy la conserva solo para crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad, crímenes contra el pueblo judío, traición y ayuda al enemigo en tiempo de guerra. En los 70 años que han transcurrido desde la independencia de Israel solo dos personas han sido ejecutadas. El primero fue un oficial del ejército, Meir Tobianski, falsamente acusado de espionaje. Tobianski fue fusilado en junio de 1948 y exonerado póstumamente de su crimen un año después. La segunda persona ejecutada fue el nazi Adolf Eichman, ahorcado en 1962 por sus crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad.

En las últimas elecciones, (marzo 2015) el programa del partido Israel Beiteinu incluyó la pena de muerte para terroristas. En julio de ese mismo año uno de los representantes del partido propuso la ley, que fue rechazada por una votación de 94 en contra y sólo 6 en favor.

La Biblia es mucho más estricta que la legislación del Israel actual. Decreta la pena de muerte para 36 diversas ofensas, pero, debido a la exigencia de que se necesitaban dos o tres testigos del crimen, rara vez se llevó a cabo la pena de muerte. Entre las 36 ofensas que, según la ley bíblica, meritaban la pena de muerte, están las siguientes: asesinato, adulterio, sexo con animales, profanación del sábado, violación de una virgen que está comprometida para casarse, relaciones sexuales de un hombre con otro, mujer que en la noche de bodas se descubre que no es virgen, adorar otros dioses, brujería, utilizar el nombre de Dios en vano, rebelarse contra los padres, etc.

Personalmente, estoy en contra de que jueces impongan la pena de muerte, pero si estoy a favor de que los terroristas, cuando están realizando sus ataques, o resistiendo su captura, sean neutralizados por los soldados, a quienes les deseo buena puntería.

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Para quienes hablan inglés: hoy pueden bajar gratis de Amazon la novela “The War of the Jews against the Roman Empire”

THE WAR OF THE JEWS against the Roman Empire recounts the Great Jewish Rebellion of the 1st Century (66 CE to 73 CE) against the Roman Empire. It is a novelization of the book of Josephus Flavius (Josef ben Matityahu), "The War of the Jews," in which the protagonist, participant, and historian of the war, narrates it, in a frank and objective way, the war from both sides of the conflict.

The Great Jewish Rebellion, which ended with the destruction of Jerusalem and the Temple, was one of the greatest tragedies in the history of the Jewish people, and the beginning of an exile that lasted 2,000 years.

The book narrates, in the clear and entertaining style of David Mandel, the causes, events, and consequences of the Great Rebellion, whose effects we still feel in our days and helps us to understand contemporary developments in the Middle East.

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